Instagram and Contemporary Image


“Si el alma se quedara en esta caja negra, si los colores se fugaran y se perdieran en la oscuridad, si la vida se congelara cuando pasa simplemente aquí, sería innecesario dejarla cautiva en hojas tamaño postal”.

Lorena Vazquez-Mellado

La simplicidad, la armonía, la belleza, el arte inmerso en cada uno de nosotros. Cuántas historias se cuentan en una sola imagen, cuántos recuerdos y experiencias regresan a nuestra mente para revivir momentos. Cuánto permanece viva la evocación de instantes que de solo pensarlos erizan la piel, emanan una gran sonrisa, provocan una lágrima. Alegría, nostalgia, anhelos, sueños, relatos de millones de personas que narran más allá de lo evidente. La identidad del mundo se aglutina en un cúmulo de imágenes que platican, gritan, susurran, la inmediatez de la emoción, el deseo por permanecer en comunidad y la visión de la presente proyectada al futuro.

Lev Manovich presenta en su libro Instagram and Contemporary Image las conclusiones y observaciones de una triangulación de métodos donde cuantifica y califica el fenómeno de la producción de imágenes en la plataforma digital Instagram. Observa de manera muy precisa como diferentes tipos de usuarios construyen imágenes y generan patrones que revelan la evolución cultural en diversos sentidos. El rango de estudio es amplio ya que considera los materiales visuales del usuario promedio, así como de aquellos que lo hacen de manera más especializada. Contextualiza contrastando el siglo XIX y XX a través de diversos elementos de la cultura fotográfica aglutinados después en una “simple plataforma” (Manovich Lev, 2017, p.11). Desengrana el tema desde la fotografía profesional convencional, su complejidad en el manejo, la cantidad de equipo y materiales, hasta la ruptura que surge a partir de los dispositivos móviles equipados con cámara y las APPS. La crónica visual que presenta entre fotografías e imágenes construidas conforman un panorama muy claro para entender la evolución de la construcción de la imagen y el comportamiento de la interacción de medios. Hace énfasis en la simplicidad de una plataforma que combina diversas actividades en una sola estructura (Manovich Lev, 2017, p.18), donde el lenguaje visual representa elecciones sistemáticas hechas en cualquier dimensión visual, misma que se caracteriza por ser relevante tanto para los usuarios como las audiencias. Acertadamente plantea las características de la fotografía, las artes visuales, el cine y el diseño en relación con las prestaciones de los elementos de Instagram. Dentro de la metodología, considera a varios autores, estudios y KPI´s (key performance indicators o indicadores de performance) tales como visualizaciones, interacción, insights, basados en la obtención de data.

Inspirada en Manovich, cuando pienso en la construcción de la imagen contemporánea vienen a mi mente tres conceptos; el primero se refiere a la identidad, el segundo a la autenticidad y el tercero a la intencionalidad y/o propósito; que en términos personales y/o profesionales considero aplican de la misma manera. En una de las sesiones que tuvimos en días pasados, se presentó el audiovisual de unas Youtubers en donde de manera muy creativa presentaban elementos representativos de la identidad mexicana en un lenguaje contemporáneo a través de una lotería -digamos que- poco tradicional. El material fue del agrado de muchos y no me excluyo de ello. Lo que vi, me gustó y me llevó a suponer que los procesos desde la pre hasta la post-producción fueron buenos. Ritmo, balance y dinamismo en un ensamblado a corte directo. La utilización de la paleta de color bastante acertada -imaginé los colores de los textiles mexicanos, el color de las playas y lo verde de los paisajes-, también me hizo pensar en esa forma tan peculiar que tiene el mexicano de utilizar la retórica de manera muy divertida. No obstante, hubo dos imágenes fijas que -sin temor a equivocarme- provenían de alguna plataforma de stock fotográfico. En el debate que se generó en clase con respecto a dicho material, expresé esta última observación, comentando que lo ideal era siempre generar material propio, de lo contrario el alcance se ve mermado, y -apelando a mi experiencia en el ramo- puse un ejemplo referenciando un tema comercial enfocado a una campaña. El primer comentario de una compañera fue que lo estaba viendo en términos comerciales y no artísticos. El segundo fue que no estaba contemplando el origen de la web. ¿Por qué citar un pequeño caso de YouTube cuando el núcleo de este ensayo académico es Instagram?

  1. Porque me parece que la narrativa contenida en este audiovisual ilustra concretamente los puntos a destacar con respecto a la forma en que el mundo entero está produciendo y reproduciendo imágenes en diversas plataformas que, para poderse comunicar entre ellas, conservan una programación algorítmica similar. Por otro lado, generan una cantidad significativa de información digna de ser cuantificada y calificada (Big data) hacia un análisis cultural y la forma en que influyen en la percepción popular.
  2. Porque cuando se pone sobre la mesa el término identidad pienso inmediatamente en cultura, construcción de significados, símbolos y signos, donde el estilo determina una buena parte de la estética, la interacción y las etiquetas categóricas utilizadas en Instagram.
  3. Porque entender que ya sea en cuestiones personales o profesionales, comerciales o no, las plataformas digitales apelan en todo momento a la creatividad humana, a la creación de materiales propios, genuinos y hasta cierto punto ordinarios (Manovich Lev, 2017, p.64), al ingenio del lenguaje tanto visual como verbal, a la utilización de otras herramientas digitales para construir imágenes tanto fijas como en movimiento.
  4. Porque los metadatos que se generan dentro un material producido dentro de cualquier solución digital o plataforma social, por ej. -Photoshop, After Effects, Light Room, Premiere Pro; filtros de luz y color, encuadres, puntos de enfoque respectivamente- son una especie de anclas en donde el alcance del material es mucho mayor. “Santo que no es visto, no es adorado”. ¿Qué relevancia puede tener un material con el que nadie interactúa o que no es impulsado por la misma red social?

El anterior planteamiento de manera indirecta basa sus premisas en el conjunto de elementos primordiales que Manovich comparte en su libro. Irónicamente, en Instagram una plataforma diseñada para la gente, no para fotógrafos, es posible encontrar material que embona desde lo ordinario y casual hasta la fotografía profesional y la diseñada para legitimizar estatus social y a través de la estética (Manovich Lev, 2017, p.40), ya sea en el plano personal o profesional, la gran diferencia radica en el propósito -compartir una experiencia, educar, influir, protestar, informar, persuadir, etc-. Independientemente de ello, esto lanza una clasificación que Alise Tifentale -citada por el autor- llama fotografía competitiva, de ahí la fuerte motivación por parte de los usuarios para estar generando material constantemente. En ese sentido llegamos a la parte medular de los 4 ejes que presento anteriormente. ¿Cuál sería la diferencia entre utilizar una fotografía de stock y una de propia producción? Manovich en el apartado: The subjects of Professional Photos and Hierachy of Genres, menciona algo determinante para mi argumentación: “En tanto que la fotografía de stock intenta cubrir todos los tipos de contenidos para satisfacer las necesidades tanto de lo comercial como de aquello sin fines de lucro -para usar los términos de Tifentale y Schroeder-, son competitivas, más no estratégicas” (Manovich Lev, 2017, p.60). Cuando se contempla una parte estratégica, por supuesto que considero que la competencia está implícita, no obstante como en todo; hay niveles. De ahí la jerarquización, clasificación y etiquetado de todo aquello que circula en Instagram.

En cuanto a la imagen, la estética contemporánea y su estilo característico construyen relatos -storytelling- que están directamente ligados a una identidad -ya sea personal o profesional-, si lo expreso en términos técnicos relacionados con mi actividad profesional, la palabra ideal es Branding. En uno de los puntos de contacto digitales más comunes de la identidad de cualquier usuario; Instagram, a partir de una secuencia de imágenes, de la observación de un feed, de un scroll, es posible entender los contextos. Una vez situados ahí, la invasión de diversos elementos edifica en nuestra mente una serie de significados; una vez que esto sucede, la magia comienza. Cuando Manovich toca el tema de la identidad cultural contemporánea, convierte a Instagram en un ismo, es decir, en una tendencia motivadora que se opone a lo no genuino. Y así, Instagram se convierte en parte de un estilo de vida cambiante y diverso donde la hibridación de diferentes medios del pasado desafía a lo obsoleto.

A partir de la imagen contemporánea es posible entender los nuevos arquetipos que relatan la cosmovisión del ser humano, su percepción, la dinámica de las culturas y las
subculturas, la diversidad, los nuevos medios de producción, la masificación de mensajes y, sobre todo; la autenticidad de la nueva cultura visual.

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