José Eduardo de Siqueira en su reflexión acerca de el principio de Responsabilidad de Hans Jonas, considero tiene varios aciertos en cuanto a la forma de plantear el tema. Inicalmente contextualiza la vida y formación de Hans Jonas, para después comenzar un recorrido citando a varios filósofos. Todo esto abre paso a un panorama en donde el significado de la Responsabilidad que plantea Jonas, se direcciona a un concepto esencial y natural; la vida. Hans Jonas nació en 1903 en Mönchenglandback, Alemania, fue un filósofo que abordó los problemas sociales y éticos relacionados con la tecnología. Su trabajo se centró en resaltar la naturaleza de la vida tanto humana como extrahumana dentro de un hábitat donde el todo está integrado con el fin de permanecer vivo y evolucionar. Consideraba que los esfuerzos presentes dentro de una conciencia enfocada hacia la esencia de la naturaleza - que es propia del ser-, impactarían a las generaciones futuras de una manera en la que la interacción de todos los actores, no atentara contra un principio fundamental; la vida. En todo momento consideró el sufrimiento,soledad y el vacío del ser humano como la antítesis a una vida digna. Jonas apunta hacia la libertad nihilista como aquello que atenta contra el destino de la humanidad en cuanto el propio ser humano en su afán de control, utiliza la ciencia considerando el objeto y no al sujeto. En donde, cuando el designio del poder y el saber toca los límites de la convenciencia, transgrede la naturaleza desfigurando el propósito del existir. Sus reflexiones afirman que el mismo hombre se ha vuelto peligroso para el hombre; dentro de acciones que cuando han dejado de ser regidas por fines naturales, se transforman en el centro de un desequilibrio específico. Desde la modernidad y el hombre en la era de la tecnología, más que una liberación o progreso, considera amenzador el quebrantamiento de principios que por sus dimensiones generan efectos irreversibles (Siquiera Eduardo, 2009, Revista Bioethikos, “El Principio de la Responsabilidad de Hans Jonas, p.176). Y así durante toda su trayectoria, su postura se basa en que la visón del hombre hacia el materialismo y su relación con el poder atentan contra la naturaleza del ser. Con una formación humanística a través de la enseñanza hebrea, después de haberse graduado conoce a Martin Heidegger -filósofo alemán considerado como uno de los más importantes del siglo XX- quien dedica la mayor parte de su trabajo a observar e interpretar la experiencia humana en relación con la conciencia. Posteriormente en la Universidad de Marburg, conose a Rudolf Bultmann bajo cuya orientación realiza la tesis sobre la gnosis en el cristianismo primitivo, considerado como el primer gran momento de su trayectoria como filósofo (Siquiera Eduardo, 2009, Revista Bioethikos, “El Principio de la Responsabilidad de Hans Jonas, p.171). Posterior a su publicación en 1934, Jonas abandona Alemania debido a consolidación del nazismo en el poder. Una vez comenzada la Segunda Guerra Mundial, permanece 5 años como soldado británico; momento determinante en el 3 que afirma -cito textualmente- “alejado de los libros y de todo lo que hace parte de la investigación. El estado apocalíptico de las cosas, la caída amenazadora del mundo… la proximidad de la muerte” (Siquiera Eduardo, 2009, Revista Bioethikos, “El Principio de la Responsabilidad de Hans Jonas, p.172). Declaraciones contundentes que dirigen la mirada hacia una sensibilidad que mueve sus valores y apunta el abuso del dominio del hombre en cuanto a la carencia de una conciencia. Para 1966 publica “El fenómeno de la vida hacia la biología filosófica”. Su reflexión en ese trabajo se enfocó hacia la precariedad de la vida donde el idealismo irreal desvincula al hombre de la naturaleza. De ahí que su declaración “con la continuaidad de la mente con el organismo, del organismo con la naturaleza, la ética se vuelve parte de la filosofía de la naturaleza… Solamente una ética fundada en la amplitud del ser puede tener significado”. Este segundo momento solidifica aún más el camino hacia una postura con la que permaneció el resto de su vida. Considero relevante señalar que varias décadas más tarde, en 1991 en una entrevista al periódico L´Unitá, “se conmueve hasta las lágrimas cuando habla de su madre que murió en Auschwitz y de su gran maestro Heidegger, a quien describe como un gran pensador pero una persona despreciable” (Siquiera Eduardo, 2009, Revista Bioethikos, “El Principio de la Responsabilidad de Hans Jonas, p.189). Se cita textualmente en su última entrevista publicada en 1993 “la adhesión de Heidegger al nazismo es un hecho indiscutible y la considero un debacle para su filosofía ,y me hace sufrir profundamente al ver a un gran filósofo proceder a una elección política como aquella”. La ciencia, la guerra, Hiroshima y Nagasaki, la “big science”, el progreso, el nazismo, todos aquellos acontecimientos que más allá de edificar al ser humano lo estaban dividiendo. Aquello que desvincula al hombre del propio hombre, y enaltece al objeto rompe con el equilibrio natural y se convierte en una gran limitante. De ahí la necesidad de Jonas de plantear un estatuto donde la ética se orientara a replantear el rumbo hacia todas la relaciones del hombre con su entorno y en todos sus sentidos, teniendo muy en claro que es una elección basada en un principio; la responsabilidad. Hans Jonas cuestionó a profundidad al ser humano como creador o creatura, la ciencia y la técnica, el progreso, la prolongación de la vida, el control de la conducta humana, la manipulación genética, el derecho a morir con dignidad, la fragilidad de la vida, así como su grandeza. De ahí que su filosofía pueda ser aplicada como un principio; algo universal. Hans Jonas vive la posguerra como el origen del pensamiento de un modelo que intentaba entender la profunda crisis que se vivía, una época que necesitaba volver a poner las piezas del rompecabezas en orden, un momento histórico donde la ciencia tomaba un papel protagónico que podría atentar contra la construcción armónica de la sociedad. Y así, comienzan a surgir las primeras interrogantes sobre la funciones sociales de la ciencia (Siquiera Eduardo, 2009, Revista Bioethikos, “El Principio de la Responsabilidad de Hans Jonas, p.177-178). 4 La pregunta que surge del planteamiento anterior: ¿Es la posmodernidad una crisis de crecimiento o de falta de estructura de la ciencia moderna? Ahí la filosofía responde como un puntual observador; cuando lo dogmático se convierte en instrumentalidad, negando de alguna manera la existencia humana (Siquiera Eduardo, 2009, Revista Bioethikos, “El Principio de la Responsabilidad de Hans Jonas, p.177-178). Es en ese sentido que la ciencia está directamente relacionada al objeto y la filosofía al sujeto; en Heidegger y Jonas respectivamente. Tal cambio en la ciencia moderna, transformó del algún modo el foco hacia aquellos que estaban siendo directamente afectados por las nuevas prácticas. Los científicos, separados de los “hombres comunes” reconocen las diferencias, en donde una búsqueda por el equilibrio contempla humanidad para la propia humanidad (Siquiera Eduardo, 2009, Revista Bioethikos, “El Principio de la Responsabilidad de Hans Jonas, p.177-178). Es ahí donde Jonas orienta su mirada, para hacer énfasis en la conciencia y el compromiso de la ciencia con una “auténtica humanidad que tenga acceso privilegiado a la unidad del conocimiento y que sea el motivo central de las acciones de los hombres de ciencia” (Siquiera Eduardo, 2009, Revista Bioethikos, “El Principio de la Responsabilidad de Hans Jonas, p.177-178). Una mezcla de acontecimientos como el nazismo en Europa, el capitalismo norteamericano, la ciencia guiada por las diversas ideologías corrompían el sistema natural e iban en contra de una construcción armónica de la sociedad. El poder desmedido y la deshumanización dio paso a que, aquellos científicos que no colaboraran con los grupos dominantes del momento fueran perseguidos, era ese mundo caído, apocalíptico, que Jonas había visualizado en sus días de guerra. Estas consecuencias de gran peso para la humanidad, tenían ser abordadas de alguna forma. Así Jonas formula el concepto heuristico del temor, que en su segundo capítulo aborda el “Principio de la responsabilidad”. En éste argumenta que “solamente la previsible desfiguración del hombre nos ayuda a forjar la idea del hombre que debe ser preservada de tal desfiguración. Necesitamos ese concepto de “amenazado” para, ante el espanto que tal eventualidad nos provoca, afirmar una imagen verdadera del hombre (Siquiera Eduardo, 2009, Revista Bioethikos, “El Principio de la responsabilidad de Hans Jonas, p.177-178)”. De esta manera el peligro, cuando es inminente le da unos nuevos lentes al ser humano para que dentro de su propia naturaleza de supervivencia, otorgue importancia al valor de la vida. De ahí que “la futorología comparada” de Jonas plantée lo hipotético para mantener una alerta o vigilia constante que busque en todo momento el bien. Proponiendo lo anterior visualiza “el primer deber” del científico; la búsqueda de la ética orientada al futuro (Siquiera Eduardo, 2009, Revista Bioethikos, “El Principio de la Responsabilidad de Hans Jonas, p.179). La libertad de investigación, del saber y de la ciencia no deben convertirse en justificaciones para poner en riesgo el destino de la humanidad ni de su entorno. Consideraba grave la percepción del hombre en cuanto a que diversos intereses intervinieran, y así genera una cuestionante que confronta a la ética con lo lícito y el valor de la acción humana desde lo propiamenta humano hasta lo extrahumano (Siquiera Eduardo, 2009, Revista Bioethikos, “El Principio de la Responsabilidad de Hans Jonas, p.179). 5 “La naturaleza tiene que ser preservada, pues es la morada de todos”. Hans Jonas Entre la conservación o la destrucción de la naturaleza, interviene el poder del hombre. Éste en todo momento en su relación con la tecnociencia nos muestra los peligros de entrar en una catástrofe de considerable dimensión. En tanto que el hombre es el ser protagónico de la naturaleza, los esfuerzos por preservar su hábitat (naturaleza extrahumana) son primordiales para ampliar el reconocimiento más allá de la esfera humana. Minimizar la obligación y el compromiso del hombre solo por el hombre, al alienarlo de la naturaleza, implicaría una disminución sin sentido (Siquiera Eduardo, 2009, Revista Bioethikos, “El Principio de la Responsabilidad de Hans Jonas, p.179). El deterioro del capital natural en las últimas décadas y la sobrevaloración del progreso técnico, es un contraste que preocupa a las Naciones Unidas y a miles de líderes en el mundo. La consecuencia de desechos tóxicos, la contaminación del agua y la tierra, el aumento de la radiación, las muertes por cáncer de piel, los residuos atómicos, entre otras problemáticas de significativa consideración, son ejemplo de los alcances y la importancia en la aplicación de el Principio de responsabilidad de Jonas. (Siquiera Eduardo, 2009, Revista Bioethikos, “El Principio de la Responsabilidad de Hans Jonas, p.179). La búsqueda de un imperativo para preservar la naturaleza, los derechos de la familia humana y el desarrollo tecnológico, tomaron cuenta la historia de la humanidad para la publicación de “Nuestro futuro común”, que expresa la intención de buscar soluciones para el establecimiento de un programa global para la manutención de las condiciones de equilibrio del medio ambiente. (Siquiera Eduardo, 2009, Revista Bioethikos, “El Principio de la Responsabilidad de Hans Jonas, p.182). “Toda ética tradicional contaba únicamente con comportamientos no acumulativos (…) ¿Y si el nuevo modo de acción humana pone en evidencia que es necesario considerar otras cosas además del interés del hombre, que nuestro deber es mucho más grande y que los límites antropocéntricos de toda la ética anterior dejaron de ser válidos? (Jonas H. El Principio de la Respoinsabilidad: ensayo de una ética para la civulización tecnológica. Barcelona: Herder;1995)”. El hombre como objeto de la tecnociencia. Las transformaciones de la ciencia, los misterios de la naturaleza humana, el rumbo del ADN. El Proyecto del Genoma Humano podría ser la cúspide de la ciencia, al tratar de descubir el secreto de la vida. Sin embargo incursiona en terrenos verdaderamente sensibles de la identidad y dignidad de los seres humanos. ¿Beneficio o perjuicio, ético, moral? En 1973 se realiza por primera vez una autocrítica sobre los peligrosos rumbos de la investigación Biológica. En 1974 se publica “La Carta de Berg”, misma que recomendaba que mientras no fueran evaluados los riesgos de la manipulación de moléculas de ADN, los científicos deberían, voluntariamente interrumpir sus investigaciones en ese campo. En (Siquiera Eduardo, 2009, Revista Bioethikos, “El Principio de la Responsabilidad de Hans Jonas, p.184). En este rubro, nuevamente “El Principio de la Responsabilidad” de Jonas se hace presente. El temor experimentado por Berg y por aquellos científicos que realizaban 6 trabajos de investigación con las moléculas del ADN, adquiere una nueva dimensión en el sentir humano. Dicho por Jonas: “Pues bien, allí donde esa palabra no nos es otrogada sin buscarla, su búsqueda se convierte en un deber, porque también aquí resulta imprescindible la guía del temor. Este es el caso de la “ética orientada al futuro” que andamos buscando, donde lo que ha de ser temido no es todavía experimentado y no encuentra quizás ninguna analogía que es la experiencia pretérita y presente” (Jonas H. El Principio de Responsabilidad -capítulo Segundo: El “primer deber” de la ética orientada al futuro p. 66). Si el avance tecnológico no encuentra límites, tal cual lo sugiere Jonas, el riesgo de la deshumanización del hombre podría ser inminente; “el crecimiento de fetos hasta su desarrollo fuera del útero, la predeterminación del sexo, la construcción genética de seres humanos por encomienda, la creación de hombres “superiores”, y las combinaciones animal hombre, romperían con el equilibrio de la vida y naturaleza humana (Siquiera Eduardo, 2009, Revista Bioethikos, “El Principio de la Responsabilidad de Hans Jonas, p.187). “Una herencia degradada, degradará también a los herederos y tal integridad no es otra cosa que la apertura a la exigencia siempre grandiosa, y que incita a la humanidad, planteada a su siempre deficiente portador. Mantenerla incolume a través de los peligros de los tiempos, más aún, frente al propio obrar del hombre, no es una meta utópica, pero tampoco es en absoluto una meta modesta de la responsabilidad por el futuro de los hombres” (Siquiera Eduardo, 2009, Revista Bioethikos, “El Principio de la Responsabilidad de Hans Jonas, p.187). “El principio de la responsabilidad” de Hans Jonas es un concepto que establece que cuando la humanidad adquiere el poder de afectar el futuro de maneras potencialmente irreversibles a través de avances tecnológicos como las armas nucleares y la ingeniería genética, también adquiere la responsabilidad moral correspondiente de usar este poder de manera responsable. En este tipo de acciones, se debe considerar en todo momento las consecuencias a largo plazo y tomar las correspondientes medidas para mitigar o prevenir los impactos negativos en las generaciones futuras. El principio tambien enfatiza la necesidad de rendición de cuentas por estas acciones y por procesos de toma de decisiones que tengan encuenta los intereses de todas las partes afectadas. Para concluir, considero que la naturaleza, dimensiones y aplicaciones de “El principio de la responsabilidad” de Hans Jonas, debería comenzar desde el interior de la conciencia del ser humano, pasando por su estado físico, hasta su entorno. En todo momento, para Jonas el significado de la vida humana y extrahumana es relevante y prioritario. En buena parte de su vida, el marco histórico que presenció, formuló a partir de sus valores y formación, un precepto que por sus alcances es aplicable de manera universal y en prácticamente todas las áreas en las que el ser humano esté presente interactuando con su entorno.